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Comandante Franco

Aquel 18 de junio de 2017 era su día de descanso y decidió pasarlo junto a sus compañeros de la Misión de Adiestramiento de la Unión Europea en el complejo turístico Le Campement, situado a las afueras de Bamako (Mali). En total unas 50 personas disfrutaban en aquel momento de las instalaciones.

El comandante Franco se disponía a descansar. Ataviado con un bañador rojo, móvil en mano y unos auriculares disfrutaba en la tumbona de su día de relax.

De pronto se oyeron disparos. Una ráfaga. Y el comandante pudo oírlos y ver el caos que se producía a su alrededor. Un grupo de yihadistas, fuertemente armado, estaba atacando el resort.

Instintivamente, el comandante Franco se puso en pie, detectó el origen del fuego y guió a quienes estaban a su alrededor hacia el lugar que consideraba más seguro. “Go! Go! Go! Attack! Attack! Attack!“, gritaba el comandante. La mayoría de los presentes -una docena de personas- siguieron sus indicaciones que les condujeron hasta una colina. Una vez allí, el comandante solicitó ayuda entre susurros “Soy O34, Comandante Franco, estamos siendo atacados en Le Campement, necesitamos apoyo, llamad a la Gendarmería”.

Mientras, los yihadistas ya habían comenzado a teñir el escenario de sangre con la muerte de cinco personas.

Las heridas en sus pies descalzos sangraban sin cesar. Las piedras del camino le habían destrozado los pies, pero su preocupación era otra: encontrar un arma con la que defenderse de los yihadistas en caso de que se acercasen a su posición.

Una de las personas que habían huido con él era un compañero de misión, de nacionalidad húngara. Le preguntó si llevaba un arma, a lo que éste le contestó afirmativamente. Disponía ahora de 14 cartuchos para hacer frente a los kalashnikov de los yihadistas.

Uno de los terroristas comenzó a acercarse peligrosamente a su posición. Cada vez más cerca… El comandante instó al resto de personas que se echaran al suelo y no hiciesen ni un solo ruido. Un poco más cerca… Cada vez se estrechaba más la distancia y el comandante ya estaba apuntando al terrorista con su arma.

El yihadista pudo ver al grupo de personas que se ocultaban en la colina. Disparó. Y de forma simultánea el comandante abrió fuego con su pistola. A pesar de que consiguió que el terrorista retrocediera en su posición, los disparos llamaron la atención del resto de asaltantes que pronto comenzaron a abrir fuego sobre su posición.

El comandante, pese a sus sangrantes pies se dirigió entonces colina arriba para ocultar al grupo entre la vegetación. Ya sólo quedaban 4 cartuchos.

De pronto comenzaron a oírse más disparos pero en esta ocasión eran los de las fuerzas de rescate que se estaban enfrentando a los yihadistas. El comandante mantuvo su posición hasta que un equipo de extracción español contactó con él.

Había sangrado mucho, tenía sed y se sentía muy débil. Consiguió ponerse en pie pero se desplomó a los pocos metros. Arrastrándose consiguió avanzar los 30 metros que le separaban del punto de evacuación. El Ejército español consiguió sacar al grupo del infierno que habían vivido.

Gracias a este hecho, el comandante Franco fue condecorado con la Cruz al Mérito Militar con distintito rojo.

Comandante Médico Fidel Pagés Miravé

De cómo las embarazadas en particular y la humanidad en general deben estar agradecidas a un médico militar.

Dr. Fidel Pagés Miravé
Manual de anestesia metamérica
Ilustración de la aplicación de la anestesia
(Dibujo original de Pagés Miravé)
DOCTOR FIDEL PAGÉS MIRAVÉ

El mundo militar ha estado en muchas ocasiones a lo largo de la historia a la vanguardia de los avances en áreas del conocimiento que han acabado siendo de enorme utilidad a la sociedad civil. Esta, con un gran desconocimiento de su origen, ha incorporado su uso a su vida cotidiana con enorme naturalidad. Si hoy en día preguntásemos a las parturientas que están en el trance del alumbramiento sin padecer la sentencia bíblica de «parirás con dolor» y les dijésemos que la «hora feliz» de su parto sin dolor se lo deben a un avance propiciado en el mundo militar, que fue consecuencia de los efectos devastadores de la guerra y que ese logro fue realizado por un insigne médico militar español hace ahora 100 años, no saldrían de su asombro. Pues esta es la realidad, la gran verdad.
Fue en la sangrienta Guerra de África de principios del siglo XX donde se fraguó este increible avance. Allí fue destinado nuestro protagonista, el médico militar aragonés D. Fidel Pagés Miravé (Huesca, 26 de enero de 1886- Quintanapalla, Burgos, 21 de septiembre de 1923). Allí, ante la visión de las limitaciones de los anestésicos de su época y las dificultades de administrarlos en el campo de batalla y con la rapidez que requerían los traumatismos y las heridas de guerra y fruto de su experiencia en los destinos que tuvo en distintos periodos en el Protectorado español y sus experiencias internacionales, como los campos de prisioneros en Hungría en la I Guerra Mundial, nació la técnica que él denominó, inicialmente, Anestesia Metamérica. Todo ello, como veremos, fruto de su buena preparación médica y de su profundo conocimiento de la anatomía y la fisiología.
El primer destino africano del comandante médico Pagés se produce en 1909, coincidiendo con los trágicos episodios del Barranco del Lobo, siendo entonces cuando entra en contacto con las difíciles condiciones en las que se desarrolla la sanidad militar, tanto en el campo de batalla como en el hospital de Melilla, su lugar de trabajo como médico cirujano. En esta época ya es condecorado por su iniciativa de organizar una compañía de ambulancias preparadas para acceder a primera línea del frente para el tratamiento y evacuación rápida de los heridos en combate, fruto de lo cual se dispara la supervivencia y la llegada en mejores condiciones de los combatientes heridos a los hospitales.

Después de Melilla Pagés alterna varios destinos en la Península y comienza a publicar sus investigaciones en revistas médicas de prestigio, participa en congresos internacionales y visita y trabaja, formando parte de una comisión internacional de la Cruz Roja, en los campos de prisioneros austro-húngaros en 1917 en plena Guerra Mundial. Allí, durante unos meses, asiste y opera, junto con médicos austriacos, a un gran número de heridos de guerra.
Esto le supone la adquisición de prestigio dentro de la profesión, lo que se traduce en su incorporación al grupo de médicos que asisten a la Reina Dña. María Cristina. Pero será también médico de la Beneficencia Municipal y médico del Hospital Militar de Urgencia de Madrid. En todos estos trabajos muestra su pericia quirúrgica, su buen criterio médico y su capacidad investigadora e innovadora, formando parte del comité fundador de la Revista Española de Cirugía en 1919.
Su segundo destino africano, en 1921, coincide con otro episodio trágico de la guerra: el desastre de Annual. Sin duda movido por ésta y anteriores experiencias, se va fraguando en su mente la necesidad de contar con métodos anestésicos más acordes con las necesidades de la Cirugía de Urgencia en aquel momento. Ya durante su estancia austriaca y en sus labores en la capital del Reino, había empezado a experimentar con técnicas anestésicas radiculares paravertebrales y en raquianestesias, ya que conoce bien la literatura médica de la época, relativa a la experimentación de estas técnicas y sus avances.
El gran momento llega en marzo de 1921, con la publicación de su artículo «Anestesia Metamérica» en la Revista Española de Cirugía, como él llama a lo que ahora conocemos como Anestesia Epidural. El descubrimiento está basado en la experiencia adquirida en el tratamiento con éxito mediante esta técnica de un número significativo de casos, muchos de ellos, si no la gran mayoría, de heridas de guerra. Pagés es consciente que se trata de un método no descrito hasta el momento. Su aportación al alivio del dolor y a la realización de cirugías de gran complejidad es clara y de gran trascendencia practica: consiste, básicamente, en introducir un anestésico local entre dos vértebras de la zona lumbar, de manera que se bloquean las transmisiones nerviosas de la médula espinal.
Según el consenso existente de varios autores actuales, su técnica es aplicable a la práctica diaria dentro del campo de la cirugía; no se basa en un hallazgo casual, sino que es fruto del conocimiento, de la práctica y del estudio y del quehacer minucioso; y llega al abordaje lumbar del espacio epidural por la experiencia y conocimiento, siendo necesaria la pericia, en aquella época, del cirujano y actualmente, del anestesista.
Como resumen de su aportación y tal y como explica I. Velázquez Rivera en «Aproximación a la obra científica del Comandante médico Fidel Pagés Miravé», Sanidad Militar, 2011, 67, «se trata de un trabajo que, aun hoy, nos parece comparable a los mejores que se han escrito sobre el tema y puede decirse que en él está todo descrito: las bases anatómicas, las características de la analgesia y la parálisis motora, la técnica, los signos y las complicaciones y contraindicaciones».
Pero este trabajo y la trayectoria de este insigne médico militar se vio truncada por su prematura muerte en accidente de tráfico en 1923 y, como consecuencia de ello, por la imposibilidad de comunicar sus hallazgos a la comunidad científica internacional mediante la asistencia a congresos, conferencias, etc., como era la práctica común de la época dada la escasa difusión internacional de la Revista en que había sido publicado su artículo. Su trabajo estuvo a punto de pasar desapercibido, no se tradujo, no se consultó, no se divulgó. Hasta el punto de que a principios de la década de los 30 un médico italiano, Achilles Dogliotti, que no conocía los trabajos previos de Pagés, se llevó los honores al describir una técnica igual a la de nuestro compatriota que él denominó Anestesia Epidural, nombre con el que ha pasado a la historia.
Afortunadamente nuestro protagonista ha sido reivindicado y reconocido con el tiempo por el mérito de haber contribuido al alivio del dolor y a facilitar la curación de patologías que de otra manera habrían hecho sufrir al enfermo. El mérito de Pagés está hoy fuera de toda duda y es reconocido gracias a la labor de documentación de los investigadores y del propio mundo militar. Varios premios médicos científicos llevan hoy su nombre, como el Premio de Sanidad Militar «Fidel Pagés Miravé», establecido en 2007. Pero mucho antes, ya en 1926, el Ministerio de la Guerra había decidido cambiar el nombre al Hospital Docker de Melilla por el de Hospital Capitán Médico Fidel Pagés, donde se fijó una placa en su honor. La placa se conserva entre los objetos dedicados a su figura en la Colección Museográfica de Sanidad Militar en el Pabellón Histórico del Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla, único pabellón que queda del antiguo Hospital Militar de Carabanchel en Madrid. Rezaba así:

Aquí operó Pagés
Sirviendo a la patria enalteció la ciencia.

Mónica Ruiz Bremón
 Arturo Pretel Pretel

Sistemas de navegación por satélite

Navegar y mucho más con la ayuda de satélites

Localización por satélite
Campos de aplicación de la navegación por satélite

NAVEGAR CON LA AYUDA DE LA RADIO
Una de las aportaciones del mundo militar a la sociedad civil que cuenta con más implantación en la sociedad en general, después de internet, han sido sin lugar dudas los sistemas de navegación electrónicos, y concretamente los sistemas de navegación por satélite conocidos como GNSS por sus siglas en inglés (Global Navigation Satellite System).
Los sistemas de radionavegación electrónicos se basan en la trasmisión y propagación de ondas electromagnéticas y por tanto podemos decir que, desde un punto de vista teórico, el origen de estos sistemas de navegación se remonta al descubrimiento por parte de Hertz de este tipo de ondas. Pero desde un punto de vista más pragmático, los verdaderos precursores de estos sistemas son el DECCA, el LORAN y el OMEGA. Su funcionamiento se basaba en la emisión de señales desde estaciones terrestres que por composición de varias de ellas nos permitía determinar la posición.
Estos sistemas fueron desarrollados a raíz de la 2ª Guerra Mundial en el ámbito militar, pasando posteriormente a explotación civil.
El lanzamiento del primer satélite por la Unión Soviética en 1957, el Sputnik I, supone el inicio de la carrera espacial, y un hito importante en el desarrollo de los sistemas de navegación. La presencia de satélites permitía tener estaciones en el espacio y con ello dotar al sistema con una cobertura global, continua, dinámica y precisa.

SISTEMA GPS DE ESTADOS UNIDOS
Estados Unidos desarrolló en la década de los 60 el primer sistema de navegación por satélites, conocido con el nombre de TRANSIT, para su utilización por la Armada, basado en una constelación de 6 satélites en órbita polar baja. Posteriormente la U.S. Navy desarrolló el satélite TIMATION para demostrar la viabilidad de utilizar relojes más precisos, y con ello disminuir el margen de error en el cálculo de la posición. La incorporación de relojes atómicos contribuyó posteriormente a conseguir una alta precisión en la posición y en la medida de los tiempos.
Por parte de la Fuerza Aérea, en paralelo se desarrolló el proyecto 621B, basado en estaciones terrestres que generaban señales tipo satélite para posicionar la aeronave.
En 1973 se fusionaron ambos programas en lo que inicialmente se conoció como Navigation Technology Program, posteriormente renombrado como NAVSTAR GPS y ahora conocido simplemente como GPS: Global Positioning System. Este sistema es operado por el Departamento de Defensa de EEUU y se encuentra completamente operativo.

Satélite GPS III en la ojiva del cohete lanzador
Logo de GLONASS

LA URSS Y EL SISTEMA GLONASS
Por parte de la Unión Soviética, en la década de los 80 se desarrolló un sistema similar denominado como GLONASS, basado en su propia red de satélites y actualmente operado por el Ministerio de Defensa de la Federación Rusa. Si bien perdió operatividad con el desmembramiento de la Unión Soviética, actualmente está completamente operativo.

Aunque ambos sistemas están disponibles tanto para uso civil como militar, ante el hecho de que en un momento determinado pudieran ser interferidos, degradados o restringido su uso, por parte de las distintas potencias se están desarrollando sistemas propios que den una mayor autonomía en su empleo, limitando la dependencia de las dos grandes potencias.

NUEVOS SISTEMAS
Por parte de la Unión Europea se ha desarrollado el sistema GALILEO, que es un proyecto desarrollado y financiado por la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Unión Europea. Cuenta con su propia red de satélites y a diferencia de GPS y GLONASS, nace como un proyecto civil con mayor precisión que los anteriores. Cuenta con un sistema denominado Servicio Publico Regulado (PRS), que le confiere una mayor robustez frente a todo tipo de agresiones, y le hace idóneo para uso gubernamental por parte de las instituciones públicas, tanto de carácter civil como militar.
Por su parte, China ha desarrollado el sistema BeiDou, con una constelación de más de 30 satélites, que le confiere cobertura global y una gran precisión. Al igual que Galileo, busca independizarse de GPS y GLONASS, contando con su sistema propio. Aunque originalmente fue diseñado para el ejército chino, a medida que se ha aumentado su cobertura, se ha convertido en una oportunidad comercial para China.
Como bien hemos visto, la navegación por satélite tiene su origen en el ámbito militar, pero su empleo está cada día más extendido dentro de la sociedad abarcando diversos sectores de actividad social, económica y financiera. Hoy en día es difícilmente imaginable el desarrollo de gran parte de la actividad cotidiana sin el empleo de los sistemas de navegación por satélite

Jesús Manrique Braojos

Constelación Galileo

Soldado Idoia Rodríguez Buján

La soldado Idoia Rodríguez fue la primera mujer española fallecida en acto de servicio en una misión internacional. Era natural de Friol (Lugo) y pertenecía a la Brigada Ligera Aerotransportable (BRILAT), con sede en la localidad pontevedresa de Figueirido.

El hecho ocurrió el 21 de febrero de 2007, cuando los militares españoles viajaban en una ambulancia blindada -en un convoy formado por otros cuatro vehículos- mientras realizaban una misión de apoyo dentro de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán en la región de Shindad, al sur de la provincia de Gerat.

La soldado Rodríguez, conducía uno de los vehículos blindado ambulancia cuando pisó un artefacto explosivo de gran potencia enterrado por los insurfentes.Una mina contracarro con potente carga explosiva, tanto, que el blindado queda destrozado y una de las ruedas sale disparada a 100 metros de distancia.

Idoia fallece en el acto. Los otros tres militares españoles resultaron heridos de diversa consideración.

La soldado Rodríguez ingresó en las Fuerzas Armadas en 2004. El día de su muerte debía volver a su Galicia natal, pero solicitó permanecer más tiempo en Afganistán hasta la última rotación.

Dio su vida por España y dedicó sus últimos minutos de vida a su gran vocación de servicio. Se le concedió, a título póstumo, la Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo.

En el año 2007, el Ministerio de Defensa creó el premio “Soldado Idoia Rodríguez, mujer en las Fuerzas Armadas” para reconocer la labor de aquellas personas, colectivos e instituciones civiles y militares que contribuyeron con su trabajo a favorecer la incorporación y permanencia de la mujer en las Fuerzas Armadas, así como a apoyar la igualdad de oportunidades y potenciar su papel dentro del Ejército.

Comandante Zorita

Cuando estalló la Guerra Civil, Demetrio Zorita Alonso tenía 18 años y se incorporó voluntario al bando nacional como soldado.

Tras múltiples destinos se traslada a la Base Aérea de Tablada (Sevilla) donde es seleccionado por sus conocimientos de alemán para realizar el curso de pilotos en Alemania, donde permanece un año y recibe el título de Piloto Militar de Aeroplano.

Finaliza la guerra teniendo en su haber más de 400 horas de vuelo, 119 servicios de guerra y habiendo participado en, al menos, 7 combates aéreos.

Durante la Segunda Guerra Mundial forma parte de la Escuadrilla Azul, para combatir en el frente ruso al lado de los alemanes, donde participa en numerosos servicios de guerra.

Pero más allá de sus participaciones bélicas, el comandante Zorita es conocido por una gran hazaña aérea. En 1953, un grupo de pilotos españoles participa en Francia en un curso experimental de aparatos a reacción. Entre ellos se encontraba el comandante Zorita. Tras varios meses de prácticas se le concede autorización para intentar rebasar la barrera del sonido, hecho que se produjo a bordo de un avión Dassault MD 452 Mystère II del Ejército del Aire Francés.

Durante el curso, el comandante Zorita pasó la barrera del sonido en varias ocasiones más y terminó el curso de pilotos de pruebas como número 1. Le propusieron quedarse como profesor en la escuela, pero declinó el ofrecimiento.

La velocidad del sonido son unos 1225 Km7H y suponen una dura prueba tanto para el piloto como para el avión. Veintidós aviadores la atravesaron primero, pero fallecieron diez de ellos.

Por este hecho se creó en Madrid, en 1961, la Calle Comandante Zorita, que fue cambiada en 2018 por el nombre de Aviador Zorita.

El 27 de noviembre de 1956 el comandante despega de la Base Aérea de Torrejón para realizar un vuelo de prueba. Pierde el control del aparato, estrellándose y muriendo en el acto.

A título póstumo fue ascendido al empleo de Teniente Coronel.

¿Qué son las Cruces del Mérito Militar con distintivo rojo?

Las Cruces del Mérito Militar con distintivo rojo se conceden a aquellas personas que, con valor, hayan realizado acciones, hechos o servicios eficaces en el transcurso de un conflicto armado o de operaciones militares que impliquen o puedan implicar el uso de fuerza armada, y que conlleven unas dotes militares o de mando significativas.

También pueden ser concedidas, a las personas que fallezcan en acto de servicio en misiones en el exterior, como consecuencia de las acciones violentas de elementos hostiles.

Estas recompensas solo podrán ser concedidas al personal de las Fuerzas Armadas, del Cuerpo de la Guardia Civil, cuando este último desempeñe acciones de carácter militar, o al personal civil que preste servicios en aquéllas, dentro de fuerzas militares organizadas.

Dichos de origen militar

Disparar a Mansalva

Se trata de una abreviación de la expresión militar “disparar a mano salva”, que significaba disparar con seguridad y sin ningún peligro para el que dispara. A día de hoy se utiliza principalmente con el significado de “en abundancia”.

Perder los estribos

Frase que proviene de las antiguas expresiones de Caballería. Los estribos son los apoyos de los pies del jinete cuando está montado. Si se pierden los estribos, se pierde el modo en el que el jinete se sujeta al caballo de forma seguirá y el cuerpo queda sin control sobre la montura.

Actualmente, la expresión equivale a perder el control sobre uno mismo.

Vete a la porra

Tiene su origen en la forma de regular los castigos en el Ejército. La porra era el bastón que portaban los tambores mayores, subalternos que se encargaban, entre otras cosas, de regular los arrestos de los soldados. El bastón era clavado en el centro del campamento, y cuando un mando quería corregir la falta de un soldado le mandaba “a la porra”, donde debía esperar hasta que se decidiese el castigo correspondiente.

Actualmente, es una expresión que se utiliza para despedir con malos modos a alguien que nos ha contrariado.

Irse por los Cerros de Úbeda

Poco antes de comenzar el enfrentamiento entre el ejército cristiano del Reino de Castilla con los Almohades, uno de los comandantes de Fernando III, Alvar Fáñez, se separó del grueso del ejército y apareció una vez que la contienda había terminado con la victoria cristiana. Cuando el rey le preguntó dónde había estado, Fáñez le respondió que se había perdido “por los cerros de Úbeda”.

Actualmente, la frase se utiliza como sinónimo de divagar, alejarse del tema central de la conversación.

Pesetero

En la Primera Guerra Carlista, Isabel II pagó con monedas –que tenían la inscripción de una peseta- a quienes lucharon en contra del pretendiente carlista. Quienes recibieron estas monedas recibieron el nombre de “peseteros”.

En 1868, el ministro de Hacienda, Laureano Figuerola, firmó el decreto por el que se implantaba la peseta como moneda nacional.

Me importa un pito

El pífano o el «pito» era el chico que tocaba tal instrumento en el ejército. Su paga era muy baja. Por lo tanto, cuando utilizamos la expresión «me importa un pito» damos a entender que le damos muy poco valor al asunto.

Cambiar de chaqueta

Frase muy antigua del siglo XVII que se refiere “al que deja el bando propio y se pasa al del contrario o toma otro partido distinto al que antes defendía”.

Está relacionada con la milicia y las guerras religiosas que se produjeron en Europa entre católicos y protestantes. Las casacas que llevaban unos y otros se diferenciaban por el color y las cruces, mientras que los forros eran todos similares. Así cuando les convenía, según las dificultades de los combates, las tropas daban la vuelta a las casacas (hoy tiene la denominación de chaqueta) e iban trampeando hasta salir del apuro, llegando a combatir contra sus correligionarios y a favor del otro bando.

Camarada

Su origen proviene de cuando los Tercios tenían que prolongar su estancia en algún lugar. Entonces se reunían en grupos de unos ocho o diez soldados para hacer camarada o camareta.

Así lo explica un documento de la época: “Hacen la camarada, esto es, se unen ocho o diez para vivir juntos dándose entre ellos la fe o juramento de sustentarse en la necesidad y en la enfermedad como hermanos”.

Al enemigo que huye, puente de plata

Este dicho hace referencia a que conviene facilitar la huida del enemigo que nos molesta para librarnos de él sin tener que llegar a combatir. Esta frase militar se le atribuye a Gonzalo Fernández de Córdoba, más conocido como “El Gran Capitán” 81453-1515).

Valores militares: AMOR A LA PATRIA

VALORES MILITARES: AMOR A LA PATRIA
Tal y como recogen las Reales Ordenanzas en su artículo 3 “El primer deber del militar es la disposición permanente para defender a España, incluso con la entrega de la vida cuando fuera necesario, constituye el primer y más fundamental deber del militar”.

Es el más importante de todos los valores y virtudes militares que también se muestra con el máximo respecto a nuestros símbolos: la Bandera, el Escudo y al Himno Nacional.

Pero el amor a la Patria se extiende más allá. Es un sentimiento impregnado en nuestros corazones. Es un lugar, una lengua, las costumbres, los paisajes, la historia y las tradiciones. Es sentirse orgulloso por la tierra que nos vio nacer e identificarse por su cultura, los valores y la gente.

Aportaciones científicas y técnicas de los ingenieros militares

Permanente espíritu creativo e innovador

Francisco Sabatini
Jorge Próspero de Verboom
General Ibáñez Ibero
Alfredo Kindelán y Duany

APORTACIONES CIENTÍFICAS Y TÉCNICAS DE LOS INGENIEROS MILITARES
INTRODUCCIÓN

Lo que siempre ha sido más conocido de los ingenieros militares son las fortificaciones, y fueron tantas las construidas por la Monarquía española que llegaron a identificarse con su poder en Europa, en América y en Asia. Existe una numerosa información sobre estas fortificaciones que fueron, a lo largo de los siglos XVII y XVIII, reconocidas como las más avanzadas científica y técnicamente en el mundo entonces conocido. Sin embargo, es menos conocida la participación de los ingenieros militares en obras públicas ya sea en redes de infraestructura, obras arquitectónicas de gran calado o en importantes intervenciones urbanísticas.

En particular, en el siglo XVIII destacan la participación de los Ingenieros en las grandes obras de fortificación peninsulares y de ultramar, además de innumerables obras civiles en pro del progreso de la nación y en obras singulares en las principales ciudades de España. Sobresalen en este periodo nombres de arquitectos militares como Sabatini, con sus obras en Madrid como la Puerta de Alcalá, Pascual Sala que diseña la Fábrica de Tabacos de Sevilla, edificio incomparable en Europa por su diseño y soluciones arquitectónicas o Agustín Mascaró con su Palacio de Chapultepec en México.

IMPULSORES DE LA CIENCIA Y LA TECNICA
Los componentes del Arma siempre destacaron por su formación científica y por estar abiertos a los avances de la técnica. Sus escritos y su manera de trabajar permitieron la difusión de conocimientos científicos y la evolución de las prácticas profesionales. El impacto de los ingenieros en los paisajes, en la arquitectura, en las redes de infraestructura, es innegable. La huella que dejaron afirma la necesidad de recurrir a los técnicos para numerosos trabajos. Esta tendencia, hizo que se crearan escuelas y academias de ingenieros especializas, tanto en España como en toda Europa, en el siglo XIX.

Por ejemplo, el éxito y la necesidad, de la perspectiva caballera o militar se debió a que en ella se podían medir las tres dimensiones, perfectamente definidas geométricamente, lo que en la perspectiva escenográfica – en ella no se podía medir, lo que resultaba irrelevante en el diseño de la fortificación – era imposible, al disminuir en función de la lejanía, por lo que había sido abandonada en la práctica de la profesión del ingeniero militar.

Con independencia de las Academias españolas de Bruselas y de Milán, del siglo XVII, una vez creado el Cuerpo de Ingenieros Militares en 1711, publicada la Real Ordenanza de 1718, y cerrada la Academia de Bruselas en 1706, Felipe V creó, en 1720, la Real y Militar Academia de Matemáticas de Barcelona.

Como muestra del nivel de conocimientos científicos y técnicos que adquirían los ingenieros militares, en la Real y Militar Academia de Matemáticas de Barcelona, el programa de estudios en cuatro cursos tenía los siguientes contenidos:

Primer Curso: Aritmética, Geometría, Trigonometría, Topografía y Esfera.

Segundo Curso: Artillería, Fortificación, Ataque y Defensa y Táctica

Tercer Curso: Mecánica Hidráulica, Construcción y Cartas Geográficas.

Cuarto Curso: Formación de Proyectos, Edificios Civiles. Edificios Militares

ESPIRITU CREATIVO E INNOVADOR PERMANENTE
El Cuerpo de Ingenieros, hoy Arma en nuestra doctrina, fue el núcleo originario de las Especialidades que iban surgiendo con los constantes avances científicos y técnicos: radiotelegrafía, aerostación, automovilismo, ferrocarriles, brigada topográfica… algunas de las cuales fueron cobrando importancia e independizándose, como el automovilismo o la aviación, ésta última con la creación del Servicio Aeronáutico en 1911. Figura destacada sería el general D. Pedro Vives Vich y el entonces capitán Kindelán. El Cuerpo General de Aviación aparecería en 1931 y el Ejército del Aire en agosto de 1939.Cabe destacar la mentalidad abierta, independiente y liberal de gran parte de la oficialidad de Ingenieros, puesta de manifiesto en los momentos clave de la historia. Entre otros, figura insigne para España fue el general José Marvá y Mayer, preocupado por la higiene y seguridad del trabajador y creador del Instituto Nacional de Previsión (antecedente de nuestra seguridad social) del que fue primer director, estando en la reserva, en la segunda década del siglo XX.

La polivalencia efectiva de los ingenieros militares era una característica sustancial. Las múltiples tareas que ejecutaban les convertía en motores del desarrollo económico del país, en defensores de la Monarquía, en constructores de la centralización monárquica y en propagadores de una arquitectura oficial neoclásica que han sido un componente sustancial de la evolución y desarrollo de la sociedad española.

La intención de lo hasta aquí expuesto solo trata de destacar que los ingenieros militares en su labor de fortificación, construcción de redes de infraestructura, obras públicas y urbanización de ciudades de las posesiones de la Corona española en Europa, América y Asia, ha contribuido generosamente al saber científico y al conocimiento técnico de la sociedad española en aras de alcanzar la prosperidad, la libertad y el nivel de vida que disfruta actualmente.

Jesús Rafael Argumosa Pila

Aportación de un médico militar a las relaciones diplomáticas de España con Marruecos

Mejoró las relaciones diplomáticas entre España y Marruecos entre 1885 y 1896

Felipe Ovilo Canales. Foto: Kaulak
Escuela de Medicina de Tánger. Foto: Isaac-Laredo

Teniente coronel médico Felipe Ovilo Canales


Felipe Ovilo Canales nace en Segovia en 1850, fue teniente coronel médico, fundador y director de la Escuela de Medicina instalada en el Hospital Español de Tánger; impulsor de la medicina y desarrollo sanitario en Marruecos antes del Protectorado Español, en la época del sultán Muley Hassan.
Concluye sus estudios de Medicina en Madrid en 1870 y antes de cumplir los 21 años lo encontramos de médico militar en Cuba prestando servicios médicos en posiciones avanzadas y en hospitales desde 1871 a 1877. La malaria se ceba en él, y como a tantos otros, le conceden la «licencia por enfermedad».
En 1886 es destinado a Tánger como médico de la Legación Diplomática de España en Marruecos. Este destino marcará su vida. Su actividad como médico en Marruecos constituye un gran prestigio para la medicina española por su avance en el estudio de enfermedades tropicales. Organiza en Tánger la Escuela de Medicina, el Hospital Español, el Dispensario Clínico para nativos, interviniendo en todos los asuntos relacionados con la higiene y salubridad de la población, pero sobre todo se convierte en un gran conocedor del país y de la idiosincrasia de sus gentes. Muley Hassan, sultán en Fez desde 1873, le reconocerá como hijo predilecto de Marruecos.

Debido a sus amplios conocimientos sobre Marruecos y el aprecio y respeto que le tenía el Sultán, en 1887 forma parte de la delegación española en la reunión bilateral que tiene lugar en Rabat; en 1890 aparece como experto en Marruecos en la Conferencia de Madrid y nuevamente en 1894 en Marrakech con ocasión de la Conferencia de Paz tras la llamada «guerra de Margallo»; en 1895 es llamado a Madrid para asesorar al gobierno sobre la situación en Marruecos tras el fallecimiento del Sultán; finalmente, en 1906 asiste como experto de la delegación española a la Conferencia Internacional de Algeciras sobre Marruecos, donde se acuerdan las bases del Protectorado.
En 1887 Ovilo escribe su primer libro titulado «Estudios políticos y sociales sobre Marruecos» en el que manifiesta que «España, que se encuentra más interesada que ninguna otra en el imperio marroquí…, debe aprovechar las ocasiones que se le presenten de aumentar su influencia en ese país…. De no hacerlo así, otras naciones se encargarán de realizar esa misión, que por tantos motivos estamos llamados a llevar a feliz término». Esta opinión aparecería de nuevo en su libro« Estado actual de Marruecos» publicado en 1888 y posteriormente en el titulado «Intimidades de Marruecos» editado en1894.
Ovilo manifiesta su clara percepción de la necesidad de «un entrelazamiento entre los destinos históricos de España y Marruecos» de la siguiente forma: «…está sobradamente justificado el derecho que asiste a España para intervenir amistosamente en los asuntos de Marruecos y para actuar como un amigo leal para ayudar y proteger a Marruecos…».
Ovilo es reconocido como médico militar, pero especialmente como experto conocedor de Marruecos, como escritor, incluso como diplomático, en fin, es un militar, que aportó y mucho a la gobernabilidad de Marruecos. Su misión en ese país termina, lamentablemente, cuando es movilizado a finales de 1896 para servir en la última guerra de Cuba. Cumplió allí una penosa labor como médico durante seis meses de sacrificios y en mayo de 1897 regresa a Madrid, muy enfermo, al haberse agudizado la malaria que contrajo veinte años antes.
A su temprana muerte, en marzo de 1909, dejó una trayectoria excepcional, no solo como médico militar, sino como diplomático, sin serlo, mostrando un ejemplo de saber hacer y mantener magníficas relaciones con Marruecos. El «doctor Ovilo» debió ser escuchado con mayor celo.
Esta es la «gran aportación de un médico militar», que no solo sirvió con valor y ejemplaridad en Cuba, sino que estableció las bases de la medicina en Marruecos y sobre todo colaboró decisivamente a la mejora de las relaciones diplomáticas entre España y Marruecos desde 1885 a 1896.

Luis Feliú Bernárdez

Rastreadores militares

3.000 rastreadores militares han llevado a cabo más de 500.000 rastreos en diversos puntos de España

Una soldado auxilia a un hombre apuñalado

Una soldado del Regimiento de Artillería Antiaérea nº 74 auxilia a un hombre apuñalado

La soldado González, destinada en el Regimiento de Artillería Antiaérea nº 74 -del Mando de Artillería Antiaérea-, se encontraba la tarde del 21 de marzo con su marido y su bebé tomando un café en la terraza de un local del barrio de Campamento, en San Roque (Cádiz). La velada parecía transcurrir con normalidad hasta que en un determinado momento la soldado presenció cómo a escasos metros dos hombres mantenían una fuerte discusión, llegando a las manos. En ese instante, su marido procedió a separarlos, creyendo que todo había quedado en una trifulca. Sin embargo, minutos después, uno de ellos -en apariencia ebrio- volvió al lugar y asestó una puñalada al otro, que quedó tendido en el suelo.
Mientras varios de los presenten intentaron reducir al agresor y evitar una nueva puñalada, la soldado no lo dudó: puso a su hijo a salvo con un conocido e, inmediatamente, acudió a socorrer a la víctima.

Consciente de la gravedad, su primer impulso fue el de taponar la herida producida en el costado con lo que tuviese a su alcance, valiéndose para ello de las gasas y los pañales de los que disponía. “El hombre perdía bastante sangre y aunque no llegaba a estar inconsciente, sí que le costaba reaccionar a mis preguntas”, explica la soldado González. Así permaneció hasta que se personaron en el lugar los servicios sanitarios y miembros de la Guardia Civil que levantaron atestado del hecho.

Con su rápida intervención, la soldado González logró que el hombre no se desangrara hasta que la llegada del auxilio sanitario. “He querido colaborar e intentar hacer lo que sé y lo que puedo en cada momento”, concluye.

Un soldado ayuda a sofocar un incendio en el Hospital Comarcal de Melilla

Fotografía oficial del soldado Herrero (fuente: ET)

Un soldado de la Unidad Logística nº 24 ayuda a sofocar un incendio en el Hospital Comarcal de Melilla

19/02/2021
El soldado Herrero, destinado en la Unidad Logística nº 24 de Melilla, se encontraba en su casa la madrugada del 17 de febrero, cuando escuchó gritos de “¡fuego, fuego!”. Inmediatamente, se asomó por la ventana y pudo comprobar cómo un vigilante de seguridad luchaba contra un incendio que se había provocado en el interior de las dependencias de Urgencias del Hospital Comarcal de Melilla.
Con gran rapidez, el soldado cogió dos extintores de su urbanización y acudió en apoyo del vigilante, ayudando a sofocar el fuego. Minutos después, el Servicio de Extinción de Incendios de la Ciudad Autónoma se personó en el centro y contribuyó a la extinción del mismo y a la extracción del humo de diversas dependencias.
A primera hora del mismo 17 de febrero, la Dirección Territorial del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria en Melilla informó que el incendio se había producido en el almacén de electromedicina y que, aunque no había provocado daños personales, el humo generado había obligado a realojar pacientes de Neonatología, así como a trasladar pacientes de la UCI 1 a la UCI 2.
No es la primera vez que el soldado Herrera ha tenido una acción destacada, ya que, hace tres años, cuando se encontraba paseando con su familia por el paseo marítimo de la ciudad observó cómo le robaban el bolso a una señora mayor y, rápidamente, persiguió y retuvo al ladrón hasta que la policía se hizo cargo de él.
Sin duda, se trata de un ejemplo de los valores que se inculcan a todos los miembros de las Fuerzas Armadas.

Incendio en el Hospital Comarcal de Melilla

Una capitán estabiliza la vida de un hombre en parada cardiorrespiratoria

La capitán Gabás en su Unidad

10/02/2021
Ejército de Tierra. Prensa Digital
La rápida actuación de la capitán Gabás, destinada en el Regimiento de Artillería Antiaérea nº 73 (Cartagena – Murcia), consiguió estabilizar la vida de un hombre que se encontraba tendido en el suelo como consecuencia de una parada cardiorrespiratoria, el 31 de enero en la ciudad de Huesca
Los hechos ocurrieron cuando la militar regresaba de practicar deporte y divisó un tumulto de personas que rodeaban a una persona de mediana edad que estaba tendida en el suelo. Tras comprobar que el hombre no respiraba y tampoco tenía pulso, pidió a las personas que allí se encontraban que despejasen la zona y llamasen a emergencias. A la vez, se dispuso rápidamente a estabilizarlo mediante la maniobra de reanimación cardiopulmonar.
La capitán continuó realizando este procedimiento sin descanso hasta que llegaron los servicios de emergencia y se hicieron cargo del hombre. Finalmente, ya estabilizado, fue trasladado a l la UCI del hospital de Huesca.
A lo largo del día, la oficial del Ejército de Tierra contactó con el personal sanitario para informarse por el estado de salud del paciente, que se encontraba estable pero grave. La rápida actuación fue fundamental para salvar su vida y mantenerlo estable hasta la llegada de los servicios de emergencias.}

El RAA 73 lanza un misil NASAMS en Huelva

Un cabo de la Brigada “Canarias” XVI rescata de un incendio a una pareja de octogenarios

Fotografía oficial del cabo Falcón

El cabo Falcón, destinado en la Brigada “Canarias” XVI, acababa de terminar su jornada laboral, el 3 de marzo, cuando al pasar por delante de una vivienda del municipio de Arucas (Gran Canaria) pudo observar que se había producido un incendio en su interior.
Inmediatamente, se acercó al lugar para asegurarse de que se había alertado a los servicios de emergencias, momento en el que un vecino le comunicó que en el interior se encontraba una pareja de edad avanzada que no podía salir. Fue entonces cuando el cabo entró en la vivienda, acompañando en primer lugar al hombre hasta el exterior, para luego volver a entrar y sacar a la mujer, quien tenía movilidad reducida y no podía caminar. Minutos después se personó la Policía Local a quien el cabo Falcón explicó que la vivienda ya había sido evacuada, siendo la pareja afectada trasladada a un centro hospitalario.
Una rápida y oportuna actuación que permitió que la situación no acabase en tragedia.

La aportación al urbanismo madrileño de un militar ilustrado

Carlos III encomendó a Sabatini dirigir la urbanización de la capital y la construcción de diversas obras

Francisco Sabatini
Trofeos militares en la Puerta de Alcalá (Madrid)
Puerta de Alcalá (Madrid)

FRANCISCO SABATINI, TENIENTE GENERAL DE INGENIEROS
La Ilustración europea del siglo XVIII, llamado “de las luces”, fue un movimiento intelectual que se valió de un utillaje ideológico basado en la razón, el progreso, la naturaleza y la búsqueda de la felicidad con el propósito de reformar y modernizar la sociedad y la cultura.
Durante este periodo, los hombres más interesados por ese proyecto en España se instalaron en la Corte. Fue así como Madrid se convirtió en el crisol de la Ilustración española, en el punto de encuentro entre los círculos locales y el reformismo oficial. Algunas instituciones sirvieron de puente para lograrlo, como la Sociedad Matritense de Amigos del País, impulsada por Campomanes y animada por Jovellanos.
Este movimiento y periodo están muy ligados a la figura del Rey Carlos III, que ya había reinado largos años en Nápoles cuando accedió al trono de España. Su experiencia le convertía en el soberano español más preparado para hacerse cargo de tan alta responsabilidad. Se decía de él que era un hombre con “sentido común”, cualidad suficiente para destacar entre varios de los monarcas que le precedieron y otros que le sucedieron. Sin duda fue un rey consciente de su deber que, ya en Nápoles, se había rodeado de personas activas e ilustradas. Su reformismo se basaba, esencialmente, en reformar lo necesario para conservar todo lo que fuera posible y de utilidad.
En 1759 Carlos III llegó a Madrid acompañado, entre otros ministros y personajes relevantes de su corte napolitana, por Francisco Sabatini (1722-1795), a quien el rey encomendó dirigir la urbanización de la capital y la construcción de diversas obras. Sabatini había nacido en Palermo, donde se formó en Humanidades, Matemáticas y Filosofía, para seguir haciéndolo en Roma como arquitecto. Pero también era militar. Desde su ingreso en 1760 como Ingeniero Ordinario en el Real Cuerpo de Ingenieros, hasta que alcanzó el grado de Teniente General, siempre estuvo presente en su obra su formación militar, que se traslucía en su gran conocimiento de materias como las matemáticas y la física.

La villa de Madrid, pese a que Felipe II la había convertido en corte en 1561, permanecía reducida a lo que hoy se conoce como “casco antiguo” o el “Madrid de los Austrias”, desde la Puerta de Toledo a la Puerta del Sol, con calles estrechas, oscuras e insalubres y numerosos pasadizos. Cuando Carlos III entró en ella por una antigua y pequeña Puerta de Alcalá tenía unos 150.000 habitantes y no disfrutaba de los adelantos de otras ciudades europeas en cuanto a salubridad e higiene, alumbrado, adoquinado de calles, monumentos conmemorativos y solo algunos grandes edificios, como el Palacio Real. En 1734 un incendio había destruido el antiguo Alcázar de los Austrias, por lo que Felipe V ordenó construir en aquel solar, al oeste de Madrid y al lado de la muralla árabe, el monumental Palacio Real.
La transformación de la ciudad ordenada por Carlos III y encomendada a Sabatini no solo se centró en la construcción de edificios monumentales y conmemorativos; también en el trazado de avenidas arboladas, acometida de aguas y, en general, en el “alcantarillado, empedrado y limpieza de la Corte”, según las Instrucciones redactadas por el ingeniero. Reformas que le valieron a Carlos III el título de “mejor alcalde de Madrid”.
El estilo impreso por Sabatini a sus edificaciones fue evolucionando desde el barroco al neoclasicismo, aplicándolo a multitud de reformas en la capital y otras ciudades, como la Plaza de la Armería, la Plaza de Oriente, los terraplenes del Campo del Moro, la Puerta de San Vicente, la Puerta del Jardín Botánico o una nueva Puerta de Alcalá.
Esta obra resume bien ese carácter sobrio, militar, matemático, que caracterizó su estilo, aquí ya plenamente neoclásico. Sustituyó a la construida en 1599 con motivo de la llegada a Madrid de Margarita de Austria, esposa del rey Felipe III, en la entrada del Camino Real de Aragón y Cataluña. Sabatini la concibió como un gran arco triunfal que no sólo ejerció la función, real, de puerta de la ciudad hasta 1869, sino también como monumento conmemorativo del reinado de Carlos III.
Para su construcción se presentaron al rey varios proyectos, como los de Ventura Rodríguez y José de Hermosilla, entre los que se eligió el de Sabatini. Realizada entre 1769 y 1778 en granito segoviano y piedra caliza de Colmenar de Oreja para los elementos decorativos, tiene la forma de un gran arco de triunfo con cinco vanos. Los tres arcos centrales son de medio punto, siendo el central mayor, para carruajes; los de los extremos, adintelados, estaban destinados al paso de los peatones. Aparentemente simétrica, la fachada oriental, por ser la que daba al exterior de la villa, se trató con mayor riqueza decorativa. Los relieves y esculturas fueron encargados a Robert Michel y Francisco Gutierrez, que adornaron sus fachadas, respectivamente, con guirnaldas de frutas o cornucopias; mascarones grotescos o cabezas de león en las claves de los arcos; figuras de las cuatro virtudes cardinales o trofeos militares. En cambio, la inscripción en letras de bronce: REGE CAROLO III / ANNO / MDCCLXXVIII, situada en una gran cartela rectangular, se repite en ambos lados. La fachada exterior es coronada por un gran escudo real sostenido por la Fama y un angelote. En la interior, sin embargo, de nuevo un motivo de carácter militar, un trofeo, ocupa la cúspide del frontón.
El ingeniero Sabatini dirigió igualmente la construcción de otras obras que darían mayor empaque y señorío a la ciudad. Entre ellas, la Fábrica de Porcelanas del Buen Retiro, la Iglesia de San Francisco el Grande o el Ministerio de Hacienda en la calle de Alcalá. Además, el arquitecto dejaría su huella en otras ciudades de España, como Aranjuez o Valladolid.
De este modo Madrid fue convirtiéndose en una ciudad más moderna y dotada de servicios. Todo ello, en gran medida, gracias al impulso de un militar ilustrado al servicio de un gran rey.

Una Compañía española desfila en la Fiesta Nacional francesa

El pasado 14 de julio, con ocasión de su fiesta Nacional, Francia concedió el honor al Ejército español de que una de nuestras unidades abriese el desfile de las fuerzas a pie por los Campos Elíseos de París. La Bandera del regimiento de Infantería “Príncipe” nº 3, de la brigada “Galicia” VII (BRILAT), y una compañía de fusiles de este regimiento, bajo el mando del capitán Rafael Roldán Ortega, fueron las elegidas. El “Príncipe”, de guarnición en el acuartelamiento “Cabo Noval”, en Sieiro (Asturias), es el segundo más antiguo de Europa (el más antiguo es el regimiento “Soria” nº 9, también español) y el más condecorado del Ejército español, desde su fundación en 1534 con el nombre de Tercio de Lombardía. Este trato preferente supone un reconocimiento a la destacada actuación de los componentes de la BRILAT, el 24 de febrero de este año, en el Centro de Adiestramiento de la misión de la Unión Europea en Mali, en la localidad de Koulikoro. Mientras prestaban el servicio de seguridad en la base, los militares españoles rechazaron un doble ataque suicida perpetrado con vehículos bomba y evitaron que penetrasen en el interior de la base y provocasen una carnicería.
En el desfile participaron también dos helicópteros Tigre y otros dos NH 90 de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra. A ellos se unieron miembros de la Armada, el Ejército del Aire y la Guardia Civil hasta completar una delegación de 128 componentes.

Coronel Presa, comandante de la Escuela de Pilotos de la OTAN

Artículo publicado en el

periódico El Español

del 28 de febrero de 2021

El académico correspondiente Carlos Presa Díaz es actualmente comandante del centro de adiestramiento avanzado de la OTAN (Tactical Leadership Programme, TLP) ubicado en la Base Aérea de Albacete, junto al Ala 14 de las Fuerzas Aéreas y la Maestranza Aérea.
En la entrevista que le hace María José Fuenteálamo, de El Español, se describen los antecedentes del centro TLP de la OTAN, formado por miembros de las Fuerzas Aéreas de diez países aliados y el porqué de su ubicación final en Albacete, después de pasar por dos países europeos antes. Se cuenta cómo es un día de operación en el Centro y también cómo en un solo día, en doce horas continuas, se realiza el 100% de la operación de adiestramiento, desde la preparación al juicio crítico final.
Como Doctor en Filología Hispánica Presa plantea indirectamente cómo la nación española deja ver sus vértebras (sólidas) a través de la obra de Cervantes. Además, haciendo valer la dualidad (distorsión) realidad – ficción en el Quijote, plantea cómo los personajes de ficción (cine y literatura) generan en el imaginario español una percepción distinta de lo que son (somos) sus soldados.
Extraído de su tesis doctoral nos recuerda además que “Don Quijote es la mutación altruista de un loco. Lo que Cervantes nos deja ver es el hombre que intenta cambiar el mundo, pero generosamente, a su propia costa, no a la de otros. Nos oferta la gran autopista entre realidad y ficción, que el loco primero y Sancho después, sabrán hacernos transitar”. El Quijote, afirma, “hay que leerlo de continuo como decía Faulkner. El Quijote, más que una simple obra literaria, es un tratado de Antropología”.
En cuanto a la formación permanente, técnica, humanística, científica, militar de los oficiales de las Fuerzas Armadas, Carlos Presa nos deja con una frase de Ortega y Gasset “La sabiduría es una actitud, más que un cúmulo de títulos o datos”. La mejor carta de presentación de un soldado es su uniforme.

Aportación de la ingeniería militar española a la salubridad de La Habana

Esta importante obra logró satisfacer con creces las necesidades de la población

Aserradero del Arsenal de La Habana. Por el cuadrado de la derecha (1 m2) entraba el agua de la Zanja Real. La noria movía las sierras verticales. Cortesía MNM.

La Zanja Real, conducto hacia el Arsenal. Fotografía de José M. Blanco Núñez

Monumento en La Habana en honor del coronel Albear
Reconocido como uno de los más bellos de la capital cubana. Realizado por el escultor cubano José de Villalta y Saavedra, esculpido en mármol de Carrara.

ACUEDUCTOS DE LA HABANA VIEJA
La primera traída de aguas de la Isla de Cuba data de 1544, se hizo para llevar aguas de La Chorrera -hoy río Almendares- hasta La Habana; a finales de 1566 comenzó la ejecución de la Zanja Real, considerada el primer acueducto de la Isla y primero de los construidos por España en América. Estuvo en servicio desde 1592 a 1835, hasta que se construyó el Acueducto Fernando VII. Tras la construcción del gran Arsenal naval de La Habana (1747), se desvió uno de sus conducciones para llevar el agua que movía la rueda vitruviana (noria) del aserradero del Arsenal de La Habana, que constituyó un gran avance tecnológico para la época, pues podía aserrar cuatro troncos al tiempo, y cuya maqueta conserva el Museo Naval de Madrid.
Su construcción fue dirigida por el famoso ingeniero militar Juan Bautista Antonelli, que construyó también el Castillo del Morro de La Habana y otros muchos de América. El capitán general Juan de Tejada ordenó instalar una conducción por derrame libre que tenía tres ramales, uno para la aguada del puerto, otro a castillos y baluartes, y el tercero para el ganado que pastaba en las afueras de la ciudad.
La Zanja tenía un recorrido de 13 km, la superficie de su sección era de alrededor de un metro cuadrado (ver modelo del aserradero). En el XVIII, aparte de los tramos descubiertos de la Zanja que abastecían las fuentes públicas, contaba con cañerías de fábrica que conducían el agua a presión, mediante surtidores, mejorando su salubridad, aunque en extramuros los canales iban descubiertos.
A principios del XIX, la Zanja no podía abastecer la creciente población habanera y, por R/D, fueron aprobadas las obras del Acueducto de Fernando VII, construido por los ingenieros militares Manuel Pastor y Nicolás Campos Tamayo (Ttes. Coroneles del Ejército y capitanes del Real Cuerpo de Ingenieros) entre 1831/1835. Partía también del Almendares, y entraba por la puerta de tierra de Monserrate para surtir la población intramuros (La Habana vieja, hoy en día), más no consiguió resolver el abastecimiento deseado.

Pero la aportación más importante de la ingeniería militar española al bienestar y salubridad de la ciudad de La Habana, llegó con el hoy conocido como Acueducto de Albear, comenzado en 1858 y concluido en 1893. Esta obra de ingeniería, mundialmente conocida, sirve el agua por gravedad a gran parte de La Habana desde hace más de un siglo y se le encomendó al coronel del Cuerpo de Ingenieros del Ejército D. Francisco de Albear y Lara, cuyo proyecto fue aprobado en 1858. Se hizo para conducir las aguas de los manantiales de Vento hasta la ciudad. En 1861 darían inicio las obras bajo su dirección, que se desarrollaron con extrema lentitud debido a las guerras sufridas y finalizó en 1893, poco antes de comenzar la última y definitiva guerra de la Independencia cubana.


El coronel Albear había nacido el 11.I.1816, en en el castillo del Morro de La Habana, hijo del comandante de dicha fortaleza militar, coronel de ingenieros Francisco José de Albear y Hernández, y falleció en la misma ciudad el 23.X.1887, cuando ostentaba el empleo de brigadier de Ingenieros. Tuvo brillante carrera desde que ingresó como cadete de menor edad del Regimiento de Dragones, en 1826, hasta que pasó a la Academia de Ingenieros donde salió teniente el 26-12-1839, con el número uno de su promoción. Destacó en la Primera Carlista, en la cual obtuvo su primera condecoración: la Cruz de San Fernando de 1ª Clase. La finalizó como comandante interino de la recién tomada plaza de Berga.
Profesor en la Academia de Guadalajara, desde 1841 a 1843, brilló, al mando de una compañía de alumnos, defendiendo el fuerte de San Francisco de dicha ciudad, fuerte que él mismo había mejorado en su fortificación, siendo ascendido por ello a comandante del Ejército
El ingeniero general D. Antonio Remón y Zarco del Valle lo envió de comisión de servicio a Francia, Bélgica, Prusia e Inglaterra, publicando, a su regreso, importantes memorias, como: El estado militar de Bélgica, Las plazas fuertes de la Alemania Occidental, Ferrocarriles de Bélgica y Puentes en Inglaterra y Francia; por ellas obtuvo en mayo de 1846 el empleo de Teniente Coronel de Infantería. Enseguida salió destinado para La Habana.
En 1850 estuvo agregado al E.M. General de la columna organizada para la persecución de los piratas que asolaban la isla de Cuba, siendo recompensado con el empleo de Coronel de Infantería. Entre 1859 a 1853, realizará un plano topográfico de la capital cubana, elaborará proyectos de obras de carreteras, ampliación de infraestructuras portuarias y diversos puentes de la isla. Además, realizará todo tipo de obras militares, civiles y religiosas.
En 1848 fue nombrado director de Obras Públicas y de Telégrafos de Cuba y proyectó el ferrocarril de la Macagua a Villa-Clara, la ampliación de los muelles del puerto de Cienfuegos y el canal del Vento o de Isabel II, al que hoy se conoce con su nombre, obra modélica que solucionó el abastecimiento de aguas de La Habana. Esta nueva traída de aguas, que lo convirtió en referente profesional de su sector, obtuvo Medalla de Oro en la Exposición Universal de París de 1878, donde fue considerada como obra maestra de la ingeniería universal del siglo XIX. Durante su construcción le sorprendió la muerte.
Fue miembro de varias academias españolas y extranjeras. La Habana perpetua su memoria con este monumento.

Convenio entre Ministerio de Defensa y Asociación The Legacy

El convenio ha sido firmado

por el JEMAD y

la presidenta de la asociación

El Ministerio de Defensa y la Asociación The Legacy – El Legado Español en los Estados Unidos de América- de la que es fundadora y presidenta Eva María García García, académica correspondiente de la Academia de las Ciencias y las Artes Militares, han firmado el 21 de enero de este año 2021, un convenio para establecer un marco de colaboración que facilite la difusión de la trascendencia de la contribución histórica y militar de España en los Estados Unidos.
El convenio fue firmado por el Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), general del aire Miguel Ángel Villarroya Villalta, y la presidenta de la Asociación. Durante el acto de la firma el general Villarroya recalcó que el desarrollo de la cultura de defensa es fundamental para que nuestra sociedad conozca, valore y se identifique con nuestra historia y con el esfuerzo diario que realizan sus Fuerzas Armadas. También destacó que los lazos de unión entre Estados Unidos y España, y los hitos históricos logrados por los ejércitos españoles en los siglos pasados en Norteamérica, deben ser difundidos y conocidos por las generaciones actuales y venideras.
Con la firma de este convenio, el Ministerio de Defensa, a través del Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional (CESEDEN), y la fundación The Legacy establecen las bases para la organización y el desarrollo de actividades dirigidas a la difusión, en ambos países, de nuestro patrimonio histórico relacionado con la contribución de España a la historia e independencia de los Estados Unidos de América.

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