DescripciĂ³n
Las venturosas Ă©pocas de nuestro rabioso pelear eran asimismo Ă©pocas de rasgos caballerescos la dureza de la guerra no habĂa entibiado la galanterĂa, llegando Ă¡ ser esta cualidad orgullo de nuestros soldados y admiraciĂ³n de nuestros enemigos. El soldado español, esparciendo por los Ă¡mbitos del mundo la fiereza de la raza pregonaba tambiĂ©n la hidalguĂa de la Patria con sus procederes nobles y su conducta generosa su altivez para combatir convertĂase frecuentemente en gallardĂa para perdonar y en delicadeza para ofrecer sus respetos al inocente pequeñuelo, Ă¡ la dama desvalida Ă³ al anciano venerable. Por esa proverbial galanterĂa se nuestro soldado, las victorias tuvieron resonancias de grandeza y las empresas se coronaron con laureles apetecidos dicha galanterĂa hizo, pues, mĂ¡s firmes los Ă©xitos y mĂ¡s amados los triunfos por ella fue posible que tanto se extendiera el poder de nuestras armas y la nombradĂa de la Patria, y es que nunca es mĂ¡s enaltecido el soldado que cuando asocia en su alma las grandezas de la dignidad con lo elocuente de la galanterĂa el respeto para si con el respeto para los demĂ¡s el amor Ă¡ sus deberse con el amor por los deberes ajenos, y el culto por su Bandera con el culto por su Dios.
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