Busque en el archivo de publicaciones o dentro de este sitio web

Volver

Categoría:

Aportaciones militares a la sociedad civil

La profesión de «ingeniero naval»

La profesión de ingeniero naval en España nació hace 250 años

Durante el siglo XVIII la construcción naval sufrió un profundo cambio, efectuando un salto desde el «artesano», con grandes conocimientos prácticos de la construcción naval, pero sin base científica, hacia el «ingeniero», que empezó a aplicar métodos científicos en la construcción naval. La necesidad de crear una Armada potente que pudiera hacer frente a otras Marinas fue el detonante de la decisión, y por ello, el XVIII, fue denominado el Siglo de Oro de la construcción naval, debido entre otras causas, a todos los esfuerzos que se llevaron a cabo para generar una Armada moderna y potente apoyada en el gran número de buques que se construyeron. No solo se crearon barcos comparables con los del resto de potencias europeas, sino que nacieron los grandes Astilleros y Arsenales de Guarnizo (en la actual Cantabria), La Carraca (Cádiz), Cartagena, y Ferrol.

La transición de un modelo artesanal a otro científico requirió el impulso de la Corona, y gracias a figuras como Patiño, Gaztañeta, Jorge Juan y sobre todo al francés Gautier, se promovió la creación de un cuerpo facultativo que aglutinaría áreas de conocimiento orientadas a la construcción naval. Fruto de todo ello, el 10 de octubre de 1770, S.M. el Rey Carlos III firmó la Real Ordenanza para el Establecimiento del Cuerpo de Ingenieros de Marina, que contemplaba todos los aspectos de la industria naval: la construcción y carenado, la explotación de los bosques, las obras civiles e hidráulicas, cordelería, velas, jarcias, etcétera.

Evolución en el siglo XVIII

En 1705 Felipe V empezó a diseñar una nueva Marina con la elaboración del reglamento nuevo de Patiño. Para esta nueva Marina, el intendente general José Patiño imitó la estructura francesa apoyada en marinería de voluntarios no profesional y con el mando naval sustentado en dos Cuerpos, uno facultativo, militar y naval (el Cuerpo General), y otro económico y de gestión (Cuerpo del Ministerio de Intendencia).
El marqués de la Ensenada había diseñado un plan general de espionaje destacando su ejecución en la parte inglesa, por el peligro que representaba para nuestras colonias. Para la parte inglesa encargó en 1748 al capitán de navío Jorge Juan una misión secreta de espionaje muy compleja. Consistía en contratar constructores con la obligación de enseñar posteriormente su ciencia a los españoles, conseguir un plano de todos los tipos de navíos y fragatas, obtener planos de puertos, y examinar diques y almacenes para conservar maderas o arboladuras.
Tras dieciocho meses en Inglaterra, los españoles volvieron a España después de contratar a tres constructores y otros tres ayudantes, a dos maestros de jarcia y a una serie de trabajadores de maestranza, hasta sumar un total de ochenta personas.
Finalmente, y de la mano del secretario de Estado Grimaldi, en los inicios de 1765 llegó a España un ingeniero naval francés llamado Francisco Gautier, hombre que marcaría nuestra historia naval. En 1767 Gautier realizó un informe crítico al sistema inglés y fue nombrado «Director de construcción de bajeles y carenas». Dos años después aprobaría un reglamento de maderas para construir navíos.

La Real Ordenanza de 1770

El 3 de enero de 1770 tuvo origen el proceso de elaboración de la primera normativa legal reguladora del Cuerpo de Ingenieros de la Marina. Arriaga escribió a Gautier trasladándole la orden de Su Majestad Carlos III, lo que demuestra que Gautier jugó un papel fundamental en la creación del Cuerpo. El 1 de octubre de 1770 Gautier presentó unas reflexiones que justificaban la necesidad de la creación de un Cuerpo de ingenieros de Marina acompañadas de un texto inspirado en la ordenanza francesa de 1765 y en la de nuestros ingenieros del Ejército. Poco después, el 10 de octubre de 1770, el rey Carlos III sancionaba la denominada «Ordenanza de S.M. para establecimiento del Cuerpo de Ingenieros de Marina».
En virtud de esta orden, el 10 de octubre de 2020 se cumplieron 250 años del origen y creación del cuerpo de ingenieros de la Armada, de la profesión de ingeniero naval y de las enseñanzas de ingeniería naval en general. Aquel 10 de octubre se fundó el Cuerpo de Ingenieros de Marina, que supuso la adopción de criterios científicos en una profesión que era casi artesanal hasta ese momento.

Los 250 años de «INGENYO»

Realizando un pequeño juego de palabras, el término «ingenyo» esconde la denominación de «ingeniero naval y oceánico». Aunque la denominación de «ingeniero naval» parezca contemporánea respecto a la de “ingeniero de marina”, la primera ya se usaba en el pasado. José Romero Fernández de Landa, creador del primer reglamento de maderas, ya la utilizó en su época.

La profesión de ingeniero naval en España, como se acaba de indicar, nació hace 250 años ante la necesidad de tener que concebir y formar el «plano» de los buques, así como sus arboladuras, velámenes, y estibas para la artillería. Y con motivo de esa efeméride, el Cuerpo de Ingenieros de la Armada, y la Asociación de Ingenieros Navales y Oceánicos de España, organizaron de manera conjunta en 2020 en la sala Carlos III de EXPONAV, el Museo de la Construcción naval de Ferrol, una exposición en la que se mostró el desarrollo histórico de esta profesión, así como de su actividad actual y futura. En la actualidad la ingeniería naval y oceánica abarca el proyecto, construcción y reparación de todo tipo de buques y artefactos flotantes y submarinos, incluyendo sus máquinas y equipos, así como los sistemas de aprovechamiento energético de los entornos marinos, lo que implica el conocimiento y manejo de un amplio abanico de tecnologías.

En Ferrol se ubicó la primera Academia para formación de los Ingenieros de Marina, que impartió docencia con carácter provisional. Posteriormente, entre los años 1860 y 1885, se creó la Escuela Especial de Ingenieros de Marina y en 1914 la Academia de Ingenieros y Maquinistas de la Armada.
La separación de la rama civil de la ingeniería naval del tronco de la ingeniería militar se produjo en el año 1914. En 1929 se creó la Asociación de Ingenieros Navales (AINE), y ese mismo año se fundó la revista Ingeniería Naval. No fue hasta 1933 cuando la formación de estos profesionales pasó a depender exclusivamente del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, creándose en Madrid la Escuela Especial de Ingenieros Navales.


Desde entonces hasta la actualidad, el Cuerpo de Ingenieros ha estado siempre al servicio de la Armada, sufriendo también los avatares históricos de la España de los Siglos XIX y XX. Este último siglo trajo profundos cambios tecnológicos que influyeron notablemente en el citado Cuerpo, tales como la creación de la Sociedad Española de Construcción Naval, la construcción del Canal de Experiencias Hidrodinámicas del Pardo (CEHIPAR), la construcción de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Navales (ETSIN), la construcción de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Armas Navales (ETSIAN), y la creación, dentro del Instituto Nacional de Industria (INI), de la Empresa Nacional Bazán (EN Bazán).
En la actualidad los integrantes del Cuerpo de Ingenieros de la Armada pertenecen a diferentes especialidades, y una de ellas es la «naval». Estos oficiales se forman previamente en las universidades, y después desarrollan sus conocimientos en la Armada.

Raúl Villa Caro


Compartir esta publicación

facebook logo linkedin logo twitter logo email icon

Tienda

Ver todo
Carrito
  • No hay productos en el carrito.